lunes, 3 de diciembre de 2007

A PROPOSITO DE LA FERIA DEL LIBRO DE NUEVO CHIMBOTE

Sin miedo a equivocarme puedo afirmar que la ciudad de Chimbote, es una de la que más veces ha sido considerada en poemas, cuentos y novelas publicadas. Únicamente, creo yo, superada por Lima. Lo particular de esto es que no sólo han sido escritores locales, los que usan sus calles y personajes para narrarnos historias muy bien escritas, sino también foráneos de la talla de José María Arguedas, Maynor Freyre, entre otros.

Los primeros rumores que escuché sobre Chimbote fueron los de mi padre. Eran Sus experiencias de obrero en las fábricas de harina de pescado. Él, como muchos, fue a probar de ese progreso que el Boom de la pesquería ofrecía a todos los peruanos. Lastimosamente esa explosión terminó por la ambición capitalista desmedida y la falta de planificación, sobre todo la falta de respeto a los recursos naturales y al medio ambiente. Pero, todas las contradicciones que hicieron de esa paradisíaca caleta de pescadores en una ciudad industrial, fueron motivo para que hombres y mujeres sensibles buscaran la manera de hacer saber que en Chimbote, no sólo se producía harina de pescado y productos siderúrgicos, sino también cultura.

La migración, de la sierra y de las ciudades de la costa. La llegada de comerciantes y aventureros europeos y asiáticos. Los conflictos laborales entre obreros y empresarios pesqueros. La formación de barriadas y el aumento de la delincuencia. La bohemia, las mujeres y el club de fútbol José Gálvez. Todo ello sumado al final del apogeo de la pesca y finalmente al terremoto de 1970, que destruyó un 75% de la ciudad, forjaron la temática que llenaría las páginas de cuentos y novelas.

Carlos Eduardo Zavaleta, Julio Ortega, Augusto Rubio, Fernando Cueto, Oscar Colchado (premio Juan Rulfo 2002) entre otros, son nombres que dan vida a la literatura de la provincia ancashina del Santa y de la cual se sienten orgullosos sus paisanos. Bajo la consigna de: "Para dejar de ser foráneos en nuestra propia tierra, leamos lo nuestro", Rio Santa editores, de la mano del señor Jaime Guzmán Aranda, promueve la lectura y valoración de sus escritores, mediante actividades literarias.

La Feria del Libro de Nuevo Chimbote, es una muestra. Auspiciados por la municipalidad de dicho distrito y por personas amigas que de alguna u otra forma apoyan para que todo salga bien. Se nota el compromiso y yo puedo dar fe de ello, porque fui invitado el 27 de noviembre a presentar mi novela.


Desde el año 1998 no visitaba Chimbote. He vuelto a caminar por sus céntricas calles, apreciar sus mujeres, libar cerveza en uno de sus más antiguos bares: El Chissisi y pasear por su bello malecón.

Pero siempre uno se encuentra con las contradicciones propias de esta urbe: Mientras la calma del mar y la vista de las islas que rodean la bahía, adornadas por algunas bolicheras, me hacía pensar y replantearme algunas cuestiones sentimentales, pude ver a cuatro lobos de mar que yacían varados entre las piedras que colindan con el malecón. Una decena de buitres daban cuenta de ellos. El mar contaminado, por los desechos de las fábricas harineras y siderúrgicas, es el causante.
Más allá de esto he quedado agradecido con la hospitalidad de los organizadores y del público. Con las muestras de solidaridad literaria que escritores como Augusto Rubio, Pablo Pinedo y Fernando Cueto dieron a mí persona y a mi libro. También impresionado por la belleza del distrito de Nuevo Chimbote, con su plaza mayor y su hermosa Iglesia Catedral.

Pero, por sobre todo, impresionado y agradecido con la preocupación por difundir la literatura de su ciudad y del Perú entero.

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