miércoles, 22 de diciembre de 2010

UN PRODUCTO DE SU TIEMPO: Eutanasia y los veinte años de la maqueta Sentimiento de Agitación.

Eutanasia en El Hueko


A pedido de Richi Lakra y el primo Mújica, escribí este artículo para el último número de los Poetas del Asfalto. Espero sus opiniones.

UN PRODUCTO DE SU TIEMPO: Eutanasia y los veinte años de la maqueta Sentimiento de Agitación.

Por: Martín Roldán Ruiz

Está reconocido que el rock subterráneo tiene hasta tres etapas bien marcadas. Ellas obedecen a las tres hornadas de bandas que aparecieron entre 1983 y 1989. Curiosamente cada una tiene similitudes y correspondencias en cuanto a sus propuestas tanto musicales como ideológicas. Veamos.

La primera hornada compuesta por Narcosis, Zcuela Crrada, Leuzemia, Autopsia y Guerrilla Urbana, tuvieron el mérito de iniciar el fenómeno, al implementar un circuito alternativo al llamado rock comercial o rock oficial, al cual nunca iban a poder acceder, primeramente por divergencias musicales y también de propuesta. Al haber estas diferencias las bandas comerciales más establecidas no iban a permitir en su circuito a las nuevas. En consecuencia se armó una de las argollas que siempre han existido en este ambiente.

Muchas veces Daniel F ha manifestado que en esa etapa prehistórica, los conciertos de rock se limitaban a bandas que hacían covers de los éxitos radiales o del ranking Billboard. Que cantaban en un mal ingles los temas de Nazareth, Slade o Deep Purple. Y, lo que es peor, imitar la onomatopeya de ese idioma cuando olvidaban la letra.

Otros solo tocaban los temas más sonados de las radios. Las cuales eran lo más comercial del pop internacional, o los clásicos del rock setentero. Los nuevos ritmos que desde el punk del 77 en Inglaterra estaban inundando los oídos adolescentes del mundo, solo llegaban a los jóvenes peruanos como curiosidades musicales o periodísticas. (Conservo el número 271 de la revista Gente del 28 de octubre de 1977, donde Guido Monteverde, en un extenso informe, da cuenta del Punk como una excentricidad propia de los ingleses)

Ahora bien, según los testimonios de las primeras bandas subtes, dicha situación se les hacía insoportable, porque no encontraban las inquietudes musicales y de temática que su adolescencia, en muchos casos rebelde, les llamaba a buscar. ¿Entonces que hicieron? Al no encontrar a nadie que llenara esas inquietudes, siguieron esa máxima del Punk que dice “No esperes que alguien lo haga por ti, Hazlo por ti mismo”. Y tomaron lo básico del rock que es un bajo, una guitarra y una batería, más una voz, para decir lo que sentían. El sonido punk fue un buen instrumento, porque era lo que más había a la mano.

En el país, algo estaba esperando por desatarse. Porque, poco a poco, se fueron haciendo más conciertos, se fueron formando más bandas, y sin querer se armo un circuito alterno a bandas como Pax, Toilett Paper, La Pandilla, Frágil, etcétera. Como dije al principio, estas bandas no iban a incluir a otras que no tuvieran más o menos sus mismas características musicales, y fueron cerrándose en torno a ellas. A las otras no les quedó más que buscárselas. Y lo lograron.

Más allá de la influencia del punk en el aspecto de crítica social, estas nuevas bandas, sentían la necesidad de decir lo que pasaba a su alrededor. La politización de la sociedad peruana en los años setenta por parte del régimen militar de Juan Velasco Alvarado, hizo que se forjara una juventud con conciencia de los problemas del país. Aparte, el desencanto por los que estaban llamados a mejorar la situación: Los políticos. Y no era de sorprenderse que en sus temas se tocaran dichos aspectos.

Narcosis con Sucio policía y Hemicirco, Autopsia con Poder y Represión, Leuzemia con Crisis en la gran ciudad, Guerrilla Urbana con Eres una pose, Y Zcuela Crrada con Anarquistas permanecen, en menor o mayor medida expresaban lo que sentían o pensaban esos muchachos que para 1983 contaban con veinte años. Que habían crecido bajo las reformas sociales del general Velasco Alvarado.


Pepe asfixia, Mario tifoidea, Nico M, el Auxilio, Saúl Omiso (S de M), el Kike y dos muchachos en Ayacucho


La segunda hornada radical

Si uno conversa con los de esta primera hornada, o revisamos las múltiples declaraciones que hicieron en esos años en fanzines, o últimamente en los blogs, podemos notar que esos muchachos únicamente buscaban hacer un rock distinto al que pasaban las radios. De hecho la crítica social estaba presente, pero más se interesaban en ser músicos. Y de ir evolucionando dentro de lo musical.

Pues bien, para 1985 el rock subterráneo habría de llegar al gran público a través del histórico reportaje de Patzy Adoph. Es a partir de ahí que lo subte obtiene carácter de masivo. Aparecieron pintas por todos lados, con los nombres de los primeros cuatro grupos. Y en las calles, miles de adolescentes empezaron a usar casacas de cuero, los chankabuques y los pelos parados. Más que una estética había un algo dentro, que lo diferenciaba de las modas juveniles. Eso fomento el surgimiento de muchas más bandas en todos los barrios de Lima.

Estos nuevos subtes, o del segundo round, no pasaban de los quince años, y venían con una radicalidad que los hacía antipáticos a la vista de los primeros subtes, veinteañeros en su mayoría. La crítica se hizo más extrema, más política, más anti – todo. Los cuestionamientos abarcaban todo el aspecto social, familiar, amical, etcétera que un adolescente con ganas de expresión, quería denunciar.

Daniel F, en una carta titulada El Final de Leuzemia, publicado en el número 02 de la revista Esquina en 1986, da cuenta de este conflicto: “El colmo llegó cuando comenzaron a censurar a S de M, Excomulgados y todos aquellos que con sus actitudes hacían quedar ‘mal’ a la mancha sub. Y ¡maldita sea! Yo estaba de acuerdo, ya que veía la cosa, no como libertad individual, sino en función grupal. Reaccioné más o menos a tiempo pero ya estaba en marcha la neo-marginación – marginación ejercida por marginados – y los que tocaban eran solo los que podrían contribuir con el engrandecimiento de la onda. Para 1986 mi consigna era o tocan todos o no toca nadie”.


Tres generaciones de subtes: Nico M, Daniel F, Rafo Raez, el chibolo Julio Durán y Sandro Dogma


Dos décadas juntas, dos generaciones distintas.

¿Cuál podría ser la explicación de estas diferencias dentro de lo subte? Si hasta ahora se ha pensado que Leuzemia es lo mismo que S de M, o que Narcosis es igual a Voz Propia, pues andamos equivocados, y en esto entra a tallar las diferencias generacionales, a pesar de la estrecha diferencia de edades, entre: Edwin Zcuela y Saúl Omiso… o entre el Iván Zurriburri de Flema e Iván antituco de Excomulgados.

Los de la primera hornada atravesaron su adolescencia en esos años setenta en que el país, de alguna forma, vislumbraba un futuro con las reformas del gobierno militar del general Velasco. Años en que la lucha por la vuelta a la Democracia había llevado el debate político desde sus tradicionales espacios, hasta el ambiente familiar. Años en que en las esquinas también se escuchaba hablar de política y del futuro del país, entre las transmisiones radiales con las canciones de Gary Glitter, Deep Purple, Nazareth o Slade. Sendero aún no daba el gran salto, ni los apagones y los atentados, eran parte del día a día.

Como afirmo al principio de este texto, los adolescentes de la primera hornada subte, vivieron una “paz” que desarrolló sus inquietudes artísticas. Y el debate político, despertó su lucidez frente a los problemas de su tiempo y sociedad. Es por eso que cuando escuchaban a las bandas peruanas que promocionaban las radios, para nada se identificaban, y menos con aquellas que se limitaban al cover de los hits del momento.

Y al no tener la oportunidad de ser parte de los que manejaban el circuito “oficial”, se crearon uno paralelo que con los años trascendería. Pero, ellos apuntaban a más. Pues para 1985, ni Daniel F ni Montaña ni Wicho, tenían quince años. Más bien pasaban de los veinte años. Ellos, veían la posibilidad de hacer de la música el medio al que dedicarse toda la vida, como así ha sucedido.

Entonces, al hacer su llegada toda una nueva hornada de chiquillos que mandaban a la mierda a todo y a todos, influenciados mucho más por el punk, el conflicto se tuvo que dar en una dialéctica del rock. ¿Cuál es el por qué?

Una cosa es haber pasado una adolescencia en los años setenta, en donde la sociedad en la que se desenvolvían, presentaba un cierto optimismo para el futuro del país. Por ciertas reformas históricas que habían sido la propuesta electoral de los políticos, pero que nunca habían sido aplicadas una vez llegados al poder. Más aún, cuando la lucha por volver a la Democracia, aumentaba la esperanza de un mañana mejor. Y, otra, es haber pasado esa etapa difícil de la adolescencia en medio de apagones, coches bomba, motines, fosas comunes. Pues, desde 1980, el mensaje que se escuchaba en todos lados, era el de la muerte, la incertidumbre y el caos. Y, más aún, cuando desde la segunda mitad de los ochenta la crisis económica del gobierno de Alan García, agudizaría esa visión pesimista. Si en los setenta había una esperanza, en los ochenta proliferaba el descontento. La frase que mejor refleja ese estado de cosas: “Este país de mierda”.

Si revisamos la música y las letras de las bandas de la primera hornada, comparándolas con las de la segunda hornada, notaremos una diferencia muy marcada: La radicalidad, el extremismo, lo anti-todo. Esas bandas no hicieron más que reflejar, la carga de los años que le habían tocado vivir. Fueron expresión pura de su tiempo. Un tiempo donde eras vida o muerte. Donde eras protesta o complacencia. Donde eras falsedad o consecuencia. Donde te cuestionabas primero lo que estaba pasando a tu alrededor, y cuando obtenías alguna respuesta, sentías la necesidad de expresarlo. Ninguna de esas bandas, en las declaraciones que hayan hecho, pensaba trascender como estrellas del rock o como músicos. Era la necesidad de expresión lo que les empujaba a tomar las guitarras y gritar a los cuatro vientos lo que un adolescente en el Perú de Sendero y Alan García, sentía.

Surgieron entonces Sociedad de Mierda, Excomulgados, Asfixia, TBC. Pero de todas esas bandas una destacaría y quedaría como la abanderada en los años subtes que vendrían. Esa banda se llama Eutanasia.


Portada de la maqueta Sentimiento de agitación


Eutanasia o el sentimiento de agitación

Este texto trata de explicar, humildemente, el surgimiento de una banda que aglutinaría en sus canciones toda esa carga de los tiempos. Por eso no iré más allá. Posteriormente me iré ocupando de otros aspectos que Eutanasia nos puede brindar, porque es una banda tan trascendente que no podemos abarcar su totalidad en un solo artículo.

A los veinte años de la salida de su maqueta, Sentimiento de Agitación, muchos pueden criticarlo de panfletario. Pero, Eutanasia, se convirtió a través de esas canciones, en la voz y el sentir de muchos. Directos, viscerales, y sin concesiones, en cada uno de los temas, nos muestra lo que fueron, desde su punto de vista, esos años. Un punto de vista con el cual muchos nos sentimos identificados.

Canciones como Ratas Callejeras, el sueño de una revuelta marginal y espontánea donde los desplazados se levantan y asaltan el cielo, o la sociedad para rehacerla a su modo. “Todas las ratas de sus covachas, marcharan, hasta el inmenso cementerio de neón…”. O No kiero verte No. “Esto no es hueveo del montón esto es subversión”. La animadversión contra los que pensaban que lo que hacían ellos era pura diversión de chibolos. Asumían su postura con responsabilidad y seriedad, frente a algunas bandas que solo veían el lado bonito de hacer música.

En Sangre punk, la identidad punkeke, acorde con su forma de vida de chicos de barrio, cuaja muy bien con sus vivencias y a pesar de parecer una contradicción les da una identidad más autentica a diferencia de la alienación reinante en la juventud de esos años. No más palabras: Una regla tácita del rock subte era La consecuencia. Con ella podías darte cuenta quién era quién, en la distancia entre el decir y el hacer. Porque muchos se llenaban la boca con sesudas interpretaciones del mundo y la realidad y hasta daban posibles soluciones, pero en su día a día actuaban en sentido contrario a lo que afirmaban. En consecuencia solo quedaban en palabras y palabras.

El Orden Kriminal. La paranoia de encontrar la muerte en cada esquina. Un paquete mal puesto, un carro mal estacionado, cabía la posibilidad de ser un atentado. Además las desapariciones. Aparte la manipulación de las mentes desde niño para que seas una masa desechable. Y si no sigues la reglas de las oportunidades que no te dan, tendrás que delinquir lo cual serás victimado y desechado. No existes como ser humano sino como un número más. En Lirismo kagón, hacen un alegato, contra los poetoides jipilones que vivían pensando en las quimeras de la palabra, sin tomar en cuenta que el país se estaba yendo a la mierda. Dirigían su crítica contra los intelectuales de Barranco. A quienes calificaban de intelectualidad pasiva que no servía para nada. Que se escondían cuando las papas quemaban. Canción anterior a Nunca quedas mal con nadie de Los Prisioneros.

¿Dónde esta el Presidente?: Nuestro actual mandatario, dejó huella desde su primer mandato. La cara de cínico, de mentiroso, la descripción más real que se haya hecho de Alan Damián... una denuncia también a su irresponsable manejo del país, que en realidad parecía no tener un presidente que la guiara mejor. “Siempre se le ve en Tv, con su cara muy sonriente, creo que es un maricón insolente… es un cabrón con careta muy complaciente…”. El tema ¿Y nosotros que? Es un cuestionamiento a ellos mismos, en lo que respecta a su postura como banda...¡para algo servirá! se dicen ellos mismos, y siguen para adelante. “Y la vida de los demás cuan inútil es”... y a pesar de ellos, con sus gritos “Nunca podrán, derrotarlos”.

La maqueta contiene dos covers. El primero es Demolicion de Los Saicos. A través de Leuzemia se revalorizó a esta banda sesentera y su sonido crudo. Precursor del sonido punk, la música de este tema cuajaba con la propuesta musical de Eutanasia, solo que la letra de la canción fue cambiada para reflejar el sentir de esos años: "Echemos abajo la cultura y la ley…". El otro cover pertenece a Leuzemia: En una invernal noche de surf, solo se oye punk… “Si el Sol, solo brilla para algunos que no salga mas”. Aunque toca el mismo tema de la revuelta juvenil es muy suave en comparación a Ratas Callejeras.

Tratas de buscar algo. El himno de toda una generación. El menos sesudo y el más vivencial de sus temas. Creo que refleja lo que se sentía ser un adolescente en los ochenta. Tuvo tres versiones, siendo esta la definitiva. La primera con Denis en la voz –Luego cantante de Lima 13–, no era tan violenta. Pero llegaba a conmover en la simplicidad del canto y de la música. Su coro sería el de los más cantados, no solo por los subtes. “Miras la violencia como un imbécil, sea en la calle, sea en tu casa, cincuenta muertos y quisieras estar entre ellos…viejo traumados que te cuidan y te miman, tratas de escapar chupas y te drogas, buscas en la calle lo que no te dan, pero luego pasa y todo sigue igual, y miras la violencia como un imbécil…” Yo hasta ahora la canto cuando vienen los recuerdos de esa época.

La maqueta cierra con Sentimiento de agitación. Un llamado a la revuelta a la autenticidad, a la lucha contra las cosas que te jodían, contra las cosas falsas del sistema. Frases panfletarias muy bien acopladas para causar en el receptor una reacción. El segundo himno de esta maqueta. El soundtrack de los años ochenta.

Fotos: Archivo de Nico M

He decidido agregar tres videos de las canciones que para mi son las más representativas. Ratas Callejeras, sentimiento de agitación y Tratas de buscar algo. También uno, en El Hueko, del tema Represión Familiar que no sale en la maqueta. Yo salgo en el pogo, con un polo negro de Corrosion of Conformity (Que apestaba a sobaco dos cuadras a la redonda, ja!)








ANIVERSARIO LA 20


Ya la idea la habían dado varios, pero fue el piurano - impulsivo como siempre no consultó a nadie - quien mandó una convocatoria para aquellos que tocaran, tarolas, bombos, trompetas. Como dice Mateo en la Biblia: "Muchos son los llamados, pero pocos los escogidos". Fue entonces que se formó un grupo que ya es historia por armar La Fiesta en la popular del más popular: ALIANZA LIMA.

Hoy que se cumplen 6 años de La 20, el mayor reconocimiento que nos han podido dar es de este muchacho anónimo que se me acercó en Huanchaco - Trujlllo, durante la romería por los finados del Fokker, que se levantó el brazo y me enseñó su tatoo.

Si algún día dejamos de exisitir como grupo, este muchacho tendrá en la piel nuestro símbolo, y cuando le pregunten qué significa... ¡¡¡hablará de nosotros!!!

Foto: Martín Roldán Ruiz

domingo, 12 de diciembre de 2010

NI INOCENTES NI CULPABLES SINO TODO LO CONTRARIO: 20 años de Héroe Inocente.


El último número de la revista ALERTA rock en Perú, dirigida por Pedro Tóxico y Óscar Dios hastío, trae una nota y fotos de la banda Héroe Inocente de mi autoría. Si aún no la tienes pues corre a comprarla que su precio es de tres lucas, libre de impuestos y coimas.


Ni inocentes ni culpables, sino todo lo contrario: 20 años de Héroe Inocente. Por Martín Roldán Ruiz

Y es que a su memoria, queremos entonar, gritar que… ¡Los punks no mueren!

Hace unos años, asistí a un concierto en el CC de España. No iba a tocadas, porque realmente me aburría, todas las bandas me sonaban igual. Pero, esa noche, salí más que contento. Había escuchado a Héroe Inocente.

Todo se inició con una voz de mando que tronó dentro del auditorio: “¡Ya, carajo, contra la pared, están arrestados por fumones!”. Sin salir de mi sorpresa, y buscando la salida –me quedaba aún la paranoia de fumón y de las batidas ochenteras– apareció el cantante, Mario Castañeda. Vestía un pantalón rojo a cuadros, una capa, el pecho calato de gato despellejado, y un kepí de tombo.

La música sonó y los héroes ya no fueron tan inocentes a los oídos. Se despacharon con su punk levantánimos. Para alegría de sus incondicionales, y de mí persona. De verdad, su rocanrol es Satanás, porque te divierte y te hace pensar.

Suena guitarra, con un potente bajo, nuestro artillero, tocando recio los tambores, ­no los pierdas de vista.

La banda se formó en 1990 con Mario (Voz), su hermano Iván (Batería), Lucho Sanguinetti (Bajo) y Ernesto Jerí (Primera Guitarra) Influenciados por los subtes y La Polla Records, tenían el sonido característico de las bandas españolas.

Los vi en los primeros años 90, con su refrescante punk, de letras mordaces, crítica social con humor que te hacía poguear o cagarte de la risa. Su hit, Presidente ye-ye. Las buenas performances de Mario, lo convirtieron en el más original de la mancha subtepankekera.

Duraron unos años y se disolvieron. Lucho entró a Leuzemia y Mario participó en Porka Vida y Aeropajitas. “Hasta que en el 96 encontré a Adrián Arguedas que pensaba entrar al Ejercito, pero como podía acabar igual que el capitán Maricielo, empezamos a ensayar en su casa, jajaja. Lucho iba seguido porque vivía cerca, y decidimos retornar”, cuenta Mario.

Luego vinieron los conciertos y la consolidación dentro de la escena, lo que les ha ganado tener una mancha de seguidores agrupados en comunidades de Internet donde lo único que se escucha es a los Héroe.

Posteriormente entró Michael Mayurí, con más técnica y oficio en la guitarra. “Porque no pasaba nada con Mario cuando tocaba”. El puesto de bajista es donde más han rotado. Últimamente colabora con ellos, Kamilo Riveros de los Plug Plug. “No puedo ser miembro estable como quisiera, pero soy un fan de la banda”.

No los pierdas de vista, su voz es nuestra voz y nada de nada, queda con ustedes sus cantos, sus gritos que vivirá… vivirá, ah! Por siempre vivirá.

Lo que más reconocen de estos 20 años es su gente. “Les tenemos cariño, porque nos apoyan mucho, a pesar de ser nuevos. Nos hacen sentir que estamos vigentes”, cuenta Mario.

Las demostraciones no faltan, “En Cailloma, en un descuido, un chico se llevó mis baquetas, de recuerdo”, cuenta Adrián. O cuando tocaron en Motupe, contratados como regalo de cumpleaños para un hincha de la banda. O el pata que, en tragos y otros condimentos, les confesó que bautizó a su hija con el nombre de Miriana, canción del primer CD.

“El feeling con nosotros, se nota en las caras, saben que esto es otra cosa, es paja porque es sincero”, declara Michael. No le falta razón, porque un adolescente punki me confesó que las canciones de Héroe Inocente son himnos que han marcado su vida. Y yo lo entiendo porque lo mismo me pasó, mí y muchos otros, con bandas como Eskorbuto y Eutanasia, hasta el día de hoy.

La sociedad no enferma a nuestro cantante sano. Más terrible que nunca, más horrible que hoy, siempre será así y nada de nada.

Los Héroes coinciden que esa empatía es por su cantante, mezcla de Evaristo, Jello Biafra, Bon Scott y Keith monkey Warren, de The Adicts. Mario, salta, hace mímicas, muecas, saludos hitlerianos y, los hoy subversivos, puños en alto. “Para que el espectador no se aburra, hay que darle esa frescura. Si el cantante lo hace, entonces se sentirá confiado y feliz­. Eso lo aprendí en la escena, y en algunas clasecitas en San Marcos, jeje”.

Aparte es creador de alucinantes temas lacrozos, donde lo político, las decepciones, y lo urbano huelen a vereda meada y a trago de mentira: “Ahí va la barra del equipo goleador, van haciendo mil destrozos, lo que robaron, ¡se lo fumaron!”. La música también es su responsabilidad junto a los demás, sobre todo Adrián, que es el arreglista. “Mario, siempre está creando, hasta le cambia la letra a temas viejos”, cuenta Michael.

Estamos todos ardiendo en el infierno. Cantando juntos al calor del averno. Oiga discjockey pónganme ese disco eterno Ke grita todo en Do… ¡El Rock and Roll es satanás!

En el 2002, salió el Vicio, Vicio, Vicio con los temas: El Rock and Roll es Satanas, La Vida Harta, Chamo. Una descarga de hardcore–punk–trash–rocanrol, característico de los Héroe. El Campeon de los Campeones salió el 2005, y solidificó su propuesta. Barrios Altos, Los Punk no mueren, Planeta Tierra, y el Narcomix, temas de Narcosis, tributo a su pasado subterráneo.

Últimamente, tienen material para su tercer CD, con los nombres tentativos de Cemento Peruano o Al Ritmo del Combate Punk Rocanrol, veinte temas que te alegrarán escuchar, al igual que bandas como Siniestro Total, Adicts o Los Nikis. “Los mikis, también, –recalca Mario y agrega–: Cada canción es una respuesta al aburrimiento, pones tu disco y sales de la depresión. En vez de tirar para abajo, por qué mejor no ponemos una canción de Héroe”.

Claro que sí, yo pido El Campeón de los Campeones.

¡Viva la utopía, viva la anarkía!

“¿Que 20 años no son nada? ¡Para nada!”, nos dice Mario. Los recuerdos buenos y tristes vienen a la mente de los Héroe por todos estos años. Las tocadas, los viajes a provincia, las grabaciones. Como la anécdota del viaje a Cajamarca, para grabar el primer disco. Una amiga, a quien conocieron en esa visita, para tocar, les confesó que gustaba mucho del tema Rakumín.

La sorpresa fue que a su regresó para grabar el primer disco, a esa misma ciudad, se dieron con la sorpresa de que la chica se había suicidado tomando Racumín, el veneno para ratas. “llegamos para grabar, pero no se podía porque estaban de luto en la casa. Pero, aparte era 29 de junio, feriado por San Pedro y San Pablo, y había fiestas patronales por todos lado, ¡una chupadera brava!, así que al día siguiente fuimos a grabar con todo el alcohol encima, por eso el disco salió bien cargado, con otro feeling”.

Lo grabación duro todo un día, pero se quedaron una semana haciendo todo el desbarajuste que se puedan imaginar de esta pandilla sonora. “Es que uno de los patas tenía dos carros, y producía vino, así que teníamos carro, vino y aparte habíamos llevado todo un complemento desde Lima, fue lo máximo, una bonita experiencia, más allá de la tristeza por la muchacha fallecida”.

Para mayo del 2004 tocaron en Santiago de Chile, gira que empezó en Arequipa. “Íbamos a tocar también en Arica, pero se cayo el concierto…así que nos mandamos hasta Santiago, en una gira que llamamos el Pelotillehue Tour 2004”.

Esa ha sido la única salida de los Héroe fuera del país. Pero, como nos cuenta Adrián, en marzo del 2011 presentarán sus 20 años en Arequipa, Tacna y regresarán a Santiago para tocar junto a las bandas locales Interkeletor, los Pacos y los Billys.

Pero las celebraciones por sus 20 años de existencia se iniciaron el pasado 17 de setiembre junto a bandas amigas como Barrio Calavera, Aeropajitas y Tres al Hilo. El Mao Bar se vio abarrotado de viejos subtes y neo punkis seguidores de la banda.

Hicieron un recorrido por sus temas de la primera época, como Presidente Ye Ye, pasando por los temas del primer y segundo CD, para culminar con unos adelantos de su tercer disco que esta próximo a salir, y que podría llamarse Cemento Peruano o Al Ritmo del Combate Punk Rocanrol. Toda una descarga musical que fue respondida con bastante energía por sus incondicionales de la Komunidad Oficial de Héroe Inocente y todos aquellos que se hicieron presentes para festejar con ellos.

Por eso, ante la pregunta si habrán otros 20 años de Héroe Inocente, Adrián responde sin titubear: “¡Los punks nunca mueren pe’ tio!”… Estás en lo cierto, licenciado.

















Fotos: Martín Roldán Ruiz

domingo, 5 de diciembre de 2010

CONGRAINS, LOS PETISOS Y ESTE AMOR NO ES PARA COBARDES.


No sé que habría pensado Enrique Congrains Martin cuando escribía El niño de junto al cielo a principios de los cincuenta. Quizás pensaba en alguno de sus inmediatos lectores de esos años: Estudiantes, intelectuales, escritores, etcétera. O tal vez no. Uno nunca ha de saber bien esos detalles. Lo que sí es seguro, que los escritores de alguna forma imaginamos a los que nos van leer. Es más, algunos vislumbran un tipo de lector que le gustaría sea el de sus libros.

Yo me preguntó si alguna vez Congrains Martin se imaginó que tres décadas después de la publicación de su libro Lima hora cero (1954), donde aparece El niño de junto al cielo, un niño más o menos de la edad de sus personajes, leería su cuento una mañana soleada de 1982. Y que eso determinaría mucho de su gusto por la lectura y por el contar historias.

Esa mañana el profesor de no sé qué curso, había faltado. Entonces el primer año sección F del colegio Guadalupe de Lima, era un caos. Bulla, risas, bromas, cuadernos que volaban. No recuerdo cómo ni porqué, me puse a revisar uno de los libros que tenía en la mochila. Era un texto de Lenguaje y Literatura que consignaba, al final de sus páginas, unos cuentos de autores peruanos. Recuerdo Los gallinazos sin plumas y El niño de junto al cielo. Este cuento me habría de atrapar.

Primero fue el dibujo que acompañaba al texto: Un niño que observaba sorprendido un billete al pie de la vereda. Luego, las primeras líneas harían su labor de engancharme:

“Por alguna desconocida razón, Esteban había llegado al lugar exacto, precisamente al único lugar..., Pero, ¿no sería, más bien, que "aquello" había venido hacia él? Bajó la vista y volvió a mirar. Sí, ahí seguía el billete anaranjado, junto a sus pies, junto a su vida.
¿Por qué, por qué él?”

De ahí no paré hasta el final. Y como dije al principio, eso determino mi gusto por un tipo de literatura, la urbana.

Narro esto porque a mi me hubiera gustado ir más allá de la lectura. Por ejemplo me hubiera gustado tener a Congrains en el mismo salón de clases y conversar con él de tan fascinante historia –años después leería Lima hora cero y me quedaría alucinado con el cuento Cuatro pisos, mil esperanzas–. Le hubiera preguntado si los niños Esteban y Pedro existían. Si los conoció. O cómo se inspiro para escribir el cuento. Muchas interrogantes que su cuento había suscitado en un niño de doce años como yo. Pero, más que todo, agradecerle porque me había enfrentado a una realidad que conocía muy poco, la de los niños abandonados en la calle. Los que en los cincuenta llamaban pájaros fruteros, luego petisos y, últimamente, pirañitas.

Bien, pero si como escolar no he podido tener ese privilegio, de tener a los autores en mi salón de clases, para compartir con ellos los detalles de sus historias. Como autor he tenido ese placer de ser invitado a varios colegios.

El lunes 29 de noviembre estuve en el colegio Don Bosco – Salesianos, del Callao. Fue un día especial, porque recordé al chibolo que leía a Congrains en medio del pandemónium de un salón sin profesor.

Nunca pensé tener lectores tan jóvenes. Eran alumnos del segundo año de media que no pasaban de los trece años. Frente a un comentario: “¿Sus cuentos me han servido a conocer una realidad que conocía poco”, recordé esa mañana de 1982 cuando El niño de junto al cielo, me hizo conocer una realidad de las muchas que habían en el Perú. Y le dije que si tenía alguna intención al escribir Este amor no es para cobardes, era la de acercar a jóvenes como ellos, con una realidad que viven inmediatamente.

Si bien esos muchachos conocen lo que es la violencia de las barras de fútbol, solo tienen como información lo que dicen los periódicos que tocan únicamente lo superficial, lo visible, lo general. Pero no van al protagonista, al muchacho marginal, al outsider. Porque los barristas no son causa, son consecuencia de los errores del sistema. Y si mi libro les ayuda a entender mejor este fenómeno, creo que estarán mejor preparados para tratar de solucionarlo, cuando les toque enfrentarlo de manera individual o colectiva.

Como yo que aprendí a entender a los niños de la calle, y no a mirarlos como futuros delincuentes como pensaban algunos amigos. Aunque hay una diferencia: Cuando leí la historia de Esteban y Pedro ya habían pasado treinta años de su publicación. Y los pájaros fruteros de los años cincuenta, no eran lo mismo que esos niños, que a mediados de los ochenta llamarían petisos – por un niño de la calle, apodado así, que murió electrocutado dentro de la caja de uno de los reflectores de la plaza San Martín, para guarecerse de la lluvia – . En cambio el fenómeno de las barras es algo que ven en su día a día.

Para mí fue algo increíble conversar de los cuentos de Este amor no es para cobardes con estos muchachos. Como ha sucedido en los otros colegios donde me han invitado, nunca dejo de emocionarme. Por eso mi agradecimiento a la profesora Eliana Serpa quien fue la que me invitó. Y a las demás profesoras de comunicación y del Plan Lector por haber elegido mi libro para que lo lean sus alumnos. Espero que, como me pasó a mi con El niño de junto al cielo, le agarren el gusto a las historias urbanas.








viernes, 3 de diciembre de 2010

TRIBUS URBANAS (Skinheads Lima - Perú)

Continuando con un proyecto fotográfico sobre las tribus urbanas, me fui a un concierto Ska - Reggae, para hacerle fotos a un grupo de skinheads tradicionales. Mucho ritmo, bastante baile, harta cerveza y muy buena música con Puramer-K, Danny Zka y los Mala Fama, y Vieja Skina. Espero les guste el video con las fotos y la canción Skinheads del gran Lauren Aitken.