viernes, 19 de septiembre de 2008

¡ENTREVISTA COCHE BOMBA!

Foto: De izquierda a derecha Yucatán, Kike Eutanasia, Chovi y Chikidrákula. Abajo: Marko Fósforo y el Tombo loko. Concierto subte Lima Se Muere en la Peña Huascarán (1989)

La revista de Humanidades VILLA LITERARIA publicó en su primer número una entrevista a este pechito. Agradesco a todos los alumnos de literatura de la Universidad Federico Villareal, por el apoyo a mi libro y a Crisóstomo Gamboa por las preguntas. Los que deseen adquirir o contactarse con la revista escriban a revista.villaliteraria@gmail.com

ENTREVISTA A MARTIN ROLDAN RUIZ

Por: Crisóstomo Gamboa M.

“Generación Cochebomba” Tu primera novela publicada. ¿Cuan sacrificada ha sido poder concretar ese objetivo?

Más que todo fue el sacrificio de horas robadas a muchas cosas, aunque ni tanto como sacrificio, porque para mi fue muy placentero escribir Generación cochebomba. Escribía sábados y domingos. Me levantaba a eso de las 8 de la mañana, desayunaba y de allí me encerraba hasta las tres o cuatro de la tarde, con el intermedio para el almuerzo. Esto me permitió además cambiar de hábitos, porque me había comprometido con mi novela y no podía faltar a las citas mañaneras, por culpa de una noche de desbande. Para tal fin trasladé esto último a otros días de la semana y solamente cuando había un motivo muy especial, tanto así que ahora ya no me llama mucho la atención salir de juerga… Esto ya fue en los últimos años, porque en un principio escribía en las horas muertas de mi labor como bibliotecario de un colegio nacional. Como no tenía computadora, empecé escribiendo los primeros capítulos con lápiz y papel, si mal no recuerdo toda la historia central de Adrián R y su mancha del Lado A o la primera parte de mi libro. Lo más difícil, creo yo, fue saber si ya tenía algo publicable. Algunos amigos metidos en lo que es literatura, me animaban a hacerlo. Pero quería yo, tener la opinión de alguien conocedor. Por recomendación de un amigo, le entregué mi novela a un editor. Éste, muy amablemente, me dijo que mi novela no tenía trama, que los personajes no estaban bien tratados y que le faltaba mucho a mi libro para retratar a la generación coche bomba. Bueno, ante esas palabras, como que me dio algo de pánico, porque yo había puesto mucho énfasis en esas cosas. Pero igual, mientras la escribía, siempre me preguntaba si estaba escribiendo algo bueno; a veces me respondía que quizá no lo era, pero tenía la firme convicción de que sí estaba escribiendo sobre algo importante, así que me mandé con todo y contra todos. Ahora la opinión de los lectores y de algunos conocedores me dan la razón y me llaman a pensar de que ese editor, quizás, no leyó con atención mi libro. Con la decisión de publicar, lo demás llegó fácil. Porque, creo yo, cuando uno desea concretar algo, no escatima esfuerzos y gastos para verlo realizado, y así fue. Ni el dinero ni el tiempo ni nada fue para mí un sacrificio, porque hice lo que deseba hacer.

“Los espacios narrados en tu novela están ambientadas en el centro de Lima, ¿cual es o ha sido tu relación con estos lugares que alimentan la verosimilitud en tu creación?

Yo, desde muy niño he sido un callejero. Desde los ocho años ya andaba por las calles de Breña y el centro de Lima, escenarios de Generación cochebomba. Salí armado, únicamente, con los consejos de mi padre, los cuales me ayudaron mucho para sobrevivir entre esas veredas. Con esto no quiero decir que haya sido un pirañita. Pero, la calle fue parte importante en mi formación como hombre y ser humano. Como dije ante una pregunta sobre mi libro en el ciclo La Nueva Narrativa Peruana, organizada por ustedes, que así como los jóvenes de otras clases sociales de mi generación o los de ahora cogen sus mochilas y se van hasta donde los lleve el camino, para encontrase con sí mismos; nosotros, los subtes de quienes hablo en mi novela, nos encontramos con la vida entre las veredas, el asfalto y el smog, que se movían y aún se siguen moviendo a ritmo de música punk.

¿Cuáles son los escritores a los que recurres constantemente?

Siempre leo a Juan Rulfo, Borges, Vargas Llosa, Julio Ramón Ribeyro, Albert Camus, Oswaldo Reynoso, Oscar Colchado. Últimamente estoy tratando de leer a autores peruanos más recientes, porque me estoy dando cuenta que conozco a muy pocos y por lo que leo en muchos lados, son bastante interesantes. Además, por influencia de una persona a quien quiero mucho, estoy leyendo lo que pueda encontrar de Alejandra Pizarnik

Las buenas amistades están presentes directa o indirectamente en el mundo ficticio del novelista ¿Cuánto de esas grandes amistades están modeladas con Generación cochebomba?

No niego que varios de los personajes de mi libro están modelados de acuerdo a ciertos rasgos físicos o de personalidad de amigos muy cercanos. A un par los mencionó con el nombre o apodo con que se les conoce aún. Incluso algunos son tal cual yo los conocí. Por allí me han dicho que están pensando cobrarme regalías, jajaja. Pero no, cuando construí mis personajes, tuvieron como base esas personas reales, y conforme las necesidades de la ficción me lo exigían, iba moldeándolas de acuerdo a esas necesidades, con características artificiales. Hay un personaje importante que está hecho de la personalidad y físico de tres personas de la realidad y también de lo que yo creí necesario incluirle.

¿Cuánto ha cambiado la Lima de los apagones, a la actualidad?

No mucho te diré, quizá en infraestructura y organización haya mejorado, pero en lo esencial que es la seguridad como que hemos empeorado. Antes tú sentías un miedo a toparte con un coche bomba o un paquete en alguna esquina. Pero tenías la ventaja de que los podías encontrar cerca de puestos policiales o dependencias públicas y entonces evitabas dichas calles. Pero ahora todos tenemos un temor a ser asaltados y ya no tenemos esa ventaja anterior, porque un choro lo encuentras en cualquier esquina. Antes no había muchos microbuses y tenías que viajar colgado del estribo. Aparte que todos eran una calamidad. Hoy tenemos combis, custers, microbuses, taxis, taxicholos, mototaxis, etc., muchos de ellos modernos, pero igual se olvidan de lo esencial que es el pasajero, porque te tratan como ganado. Bueno, también por culpa de nosotros que nos gusta que nos traten así. Pero igual, a pesar de que hay parques más bonitos y calles remodeladas, Lima, sigue conservando eso que llevará por siempre y que para muchos es lo que más añoran al estar lejos: Su color gris melancolía. Ese gris que para mí es el espíritu de mi novela, porque traté de capturar esa melancolía a través de la ciudad, esa poesía de las calles y veredas de una ciudad decadente que influenciaba a los que caminábamos por sus jirones y avenidas. A diferencia de Zavalita de Conversación en la catedral, para quien Lima tiene un color caca, el color del Perú, los personajes de mi novela no odian Lima, más bien se sienten parte de ella, se sienten parte de ese color gris. No son limeños mazamorreros, más bien limeños salchipaperos.

Hay un boom de escritores que abordan el tema de la violencia política que sufrió el Perú (80-2000), en estos momentos cuáles serian los temas, materia de creación literaria?

Mmmm, cada escritor tiene sus temas en cuanto a ese episodio. Yo los tengo, pero ignoro cuál sean los temas de los demás. Yo escribí mi novela desde la visión del movimiento subte y ahora deseo escribir otra novela sin alejarme del argumento de la guerra, desde otra visión. El gran tema de la violencia política no se va a agotar en muchos años. Hace unos días, tuve la suerte de compartir un café con Miguel Gutiérrez y el filósofo Dante Dávila, y ambos llegaban a la conclusión de que el tema de la violencia política de los años ochenta ha marcado tanto que está generando novelas y cuentos en número mucho mayor a la guerra con Chile, que fue un hecho tan igual de traumático en nuestra historia. Además, tomando como ejemplo la novela Soldados de Salamina de Javier Cercas, decían que así como para los españoles el tema de la guerra civil no se agota y las nuevas novelas no están vistas desde la perspectiva de esos años, igual sucederá en el Perú. De acá a muchos años se seguirá escribiendo sobre esos tiempos violentos, ya ni tanto desde el punto de vista de los que la vivieron sino de sus hijos, incluso, de sus nietos. El reto es encontrar de qué forma escribir sin caer en la repetición. Todo es válido incluso el humor, como algunas novelas y películas españolas sobre la Guerra Civil.

¿Cómo recibe la crítica Martín Roldan Ruiz?

De manera deportiva. Hasta ahora el comentario de los lectores que escriben al correo consignado en el libro, es positivo. De algunos entendidos, con bastante nombre, también. Lo cual agradezco mucho. Me parece increíble la verdad. Solamente en un comment anónimo de un blog muy reconocido leí que mi novela era malísima. Yo me dije: “¿Qué comen que adivinan?” jajaja. Pero, igual, todo lo tomo con mucha humildad, porque aún creo que estoy en proceso de aprender. Bueno, uno nunca termina de aprender. Lo que sí estoy seguro es no perder el apasionamiento con que escribí mi libro, porque para mí esa es la base de todo buen trabajo: La pasión. Eso es muy importante para mí persona. Y no solo al momento de escribir sino en todos los aspectos con que llevo mi existencia.

Ser un disidente en estos días debe resultar ser complicado ¿te consideras uno de ellos?

Antes que ser disidente creo que soy, como se dice en la calle, un aparecido. Pero no en el sentido del que se cree sin ser nada. La razón es que al momento de publicar yo no conocía a nadie, dentro del circuito literario de Lima. Pero, sí tenía conocimiento sobre la narrativa que había dominado en los últimos años. Por tal razón puse esmero en que Generación cochebomba, no fuera un libro más de la llamada narrativa urbana juvenil que dominó los años noventa. Si ser un disidente es no estar de acuerdo o pensar distinto con lo imperante en algún espacio social, musical o literario. Pues sí, me considero un disidente, con este primer libro. Ya se verá si continúo esa disidencia con los demás libros que escriba.

Me comentabas que trabajas en una biblioteca de un colegio, una labor encomiable ¿nos podrías asegurar que se están forjando una generación de buenos lectores?

Es bastante difícil decir que se está forjando una generación de buenos lectores, pero que se está haciendo el esfuerzo a partir de mi biblioteca pues se está haciendo. Tenemos un taller de lectura de cuentos y la recepción de los alumnos es buena. Hemos leído los clásicos de Congrains, Reynoso, Diez Canseco; pero, además les he incluido cuentos de Sergio Galarza, Oscar Colchado, Betsabeh Huamán Andía y justamente los dos primeros fueron los más comentados por los alumnos de secundaria. Incluso se han interesado por una canción de uno de los cuentos de Galarza: Pale blue eyes de Velvet Underground. Mientras ellos leían les hacía escuchar dicha canción y después cuando comentábamos el cuento, les revelaba que era la canción de la historia leída. Y lo bueno de esto es que los comentarios eran a partir del criterio de los alumnos, no del mío. Yo, además, les daba una introducción a la biografía y a la obra del autor y lo bacán era que muchos me pedían los libros para leer los demás cuentos. Me pedían también historias así, cercanas a sus vivencias personales, con un lenguaje directo y fácil de entender. Poco a poco se estaban dando cuenta que la literatura no es aburrida y que hay mucha cosas por descubrir mediante la lectura.

Recuerdo cuando Julián Pérez autor de “Retablo” te felicitaba por el logro de escribir una novela asimismo te recomendaba que dejes libre a “Generación Cochebomba” que camine sola, que te preocupes por lo que se viene ; cuéntanos Martín que se viene para la Razón de ser de todo escritor, el publico lector …

Sí, yo estoy muy agradecido por las palabras de Julián Pérez, porque fue como un alivio saber eso de que ahora mi novela tiene que caminar sola y dedicarme a seguir escribiendo. Con esto no quiero decir que huyo a mi responsabilidad de autor de Generación cochebomba. También estoy agradecido por sus consejos, pues vienen realmente de un verdadero maestro, el cual me compromete a esforzarme mucho más para superar este primer libro. En cuanto a lo que se viene, estoy escribiendo un libro de cuentos, con la temática de la violencia de las barras. No es un libro de fútbol, sino un libro donde deseo reflejar en cada cuento, esas contradicciones que tenemos como país, un país enfermo cuyos síntomas se reflejan a través del accionar e idiosincrasia de estas organizaciones juveniles. También tengo en mente dos novelas, una con el tema del amor o los desamores y otra dentro de la violencia política de los años ochenta, pero desde una óptica muy particular. Aún no sé cuál de las dos iniciar. Ya veremos cómo voy de ánimos.

4 comentarios:

patapsico dijo...

A ver si nos miramos en el espejo del tiempo:

http://chankabuques.blogspot.com/

Revista de Creación ÓNICE dijo...

Saludos Martín!

Me gustaría saber si también estás escribiendo ficción breve o cuentos

Un abrazo

Revista de Creación ÓNICE dijo...

Sigue escribiendo!

Anónimo dijo...

Patapsico, muy buena la foto que has subido en tu blog, hay muchos amigos en ella. Espero me des tu permiso para poder escribir algo de ese concierto, donde seguro estuve presente.

(...) Amigo muy pronto habra noticias sobre un libro de cuentos.

Martín Roldán Ruiz