viernes, 11 de junio de 2010

TRES AÑOS DE GENERACION COCHEBOMBA


Para muchos el 11 de junio no representa nada, salvo para los cumpleañeros, las cumplemenos y los cumpleolvidos. En este día hay 11 santitos en el santoral. Y en el calendario cívico, no figura como día significativo de las efemérides patrióticas. Como quien dice, es un día como cualquiera.

¿Entonces qué tiene de importante esta fecha? Para mi tiene bastante porque el 11 de junio del 2007 presenté en el Centro Cultural de España, mi novela Generación cochebomba.

Esa mañana era como todas, fría y nublada. Pero había despertado con el hedor de la muerte. Una fosa con tres cuerpos descompuestos fue descubierta en Huaycán. Obra de un asesino. No le di importancia a esa noticia porque estaba concentrado en lo que pasaría a la tarde, en la hora de la presentación. No intuía que de alguna forma, esa masacre, afectaría los recuerdos de ese día.

A las siete de la noche empezó todo. Bajo la cortina musical punkekona que había sido seleccionada por mi hermano Javier rabioso, subieron los presentadores: El poeta, criollista y aliancista Daniel Mathews, y el narrador y profesor del taller de narrativa de San Marcos, Jorge Valenzuela.

Entre las palabras de Daniel y el análisis de Jorge sobre el libro, quería rescatar las palabras que dije al final de mi intervención: “Siento que me he lanzado a una piscina desde un edificio… Sólo el tiempo me dirá si es que en ella había agua”. Tres años después puedo decir que sí había.

Desde un principio Generación cochebomba, fue teniendo buena consideración entre los lectores y en cierta crítica. Fue calificada como la novela subte de los años ochenta y como parte de las novelas que tocan el tema de la guerra interna. Hoy es objeto de estudio para monografías universitarias. Y para una tesis de licenciatura de un alumno en Literatura de la universidad Católica.

Me han entrevistado en varios diarios, revistas y blogs. Me han invitado para hablar sobre ella en Ferias del libro y universidades dentro del país. En el extranjero ha aparecido en varios blogs y revistas virtuales de España y Chile. Precisamente por una de ellas, me llegó una propuesta de una novel editorial de España para publicarla, la cual no se concretó.

Por ella he conocido a escritores que antes miraba desde lejos y que han disfrutado de la lectura de mi libro. Uno de ellos, muy importante dentro de la narrativa nacional, me dijo que la considera de las mejores que ha leído sobre los años de la guerra. Otro, que se ha hecho muy amigo mío después de leerla, afirmó en un conversatorio que si hubiese sido publicada en los años noventa, sería la novela representativa de esos años. Y un escritor español escribió un comentario donde se lamentaba no habérsele imaginado, antes, una historia similar con ese título tan de putamadre.

Recuerdo que Jorge Valenzuela me preguntó si había sacado el título de algún estudio de sociología. Pero, la verdad fue que uno de los personajes me lo había dictado en la vorágine de la escritura del cuarto capítulo: “Brindemos por nosotros la generación del apagón y el coche bomba”. Hoy el nombre ha sido adoptado como una marca generacional, por algunos. Desecharon lo de Generación X, que fue usada para denominar a un sector de la juventud norteamericana, y adoptaron algo más acorde con nuestra realidad.

En ese sentido, a muchos lectores les ha ayudado a entender la juventud que creció en medio de dos fuegos. Y, para un sector de adolescentes metidos en la música y las tribus urbanas, es libro de referencia sobre lo que los subtes ochenteros hicieron cuando ellos aún no habían nacido.

Me han escrito lectores de Argentina, Chile, Colombia y España. Muchos lo habían adquirido en alguna librería a su paso por Lima. O porque habían leído algo en Internet. Lo que me parece increíble es la identificación que han llegado a tener con los personajes y las situaciones. Un lector español me escribió para agradecerme, porque Generación cochebomba le había hecho recordar sus épocas de mohicanos, gatxetes (casas okupas) y punk rock.

He conocido personas de todos lados. He hecho nuevos amigos, incluso dos lectoras se han hecho muy amigas mías que las tengo en muy alta estima. A una tanto como si fuera mi hija. Me he enterado, también, que regalar Generación cochebomba reconcilió a una pareja después de años. Y ha propiciado la ruptura de otras dos.

Para algunos es una historia de sexo, drogas y rocanrol. Para otros una novela política. Otros consideran que pretende describir una época. O, como el antropólogo norteamericano, Shane Greene, la consideran una historia de amor. Como ven, la novela tiene varias lecturas. Queda en cada uno descubrirlas.

Me han sugerido, también, que es una buena historia para una película u obra de teatro. Eso ya se lo dejaría al trabajo de un cineasta, aunque si alguna vez se da, me gustaría colaborar en el guión y en el casting.

En fin, en estos tres años han pasado muchas cosas que ni me imaginaba. Generación cochebomba me cambió muchas cosas. Por eso recuerdo con mucho cariño este día cuando lo presenté. Un día que seguro no significa nada para nadie. Pero, para mí sí. Porque la había escrito con mucha pasión, dedicación y honestidad.

Estuve acompañado por las personas que quiero y que me han apoyado desde siempre: Mi familia, mis amigos de barrio, mis amigos subtes y mis amigos de la tribuna. Solamente una persona no estuvo ese día, y era a la que más esperaba. No me enteré hasta el final que por causa de su trabajo la habían mandado a la exhumación de los cuerpos en Huaycán. Por eso no pudo llegar a tiempo.

Tres años después vuelvo a leer una carta donde lamentaba no haber podido estar conmigo: “En este día tan especial para ti, que sin saber cómo se había convertido, también, en especial para mí…en esta aventura que se inicia, en que todo puede recién estar comenzando”.

No te equivocaste, nena.


Daniel Mathews, Martín Roldán y Jorge Valenzuela



Mi familia

La gente del barrio

La gente

Fotos: Yayo

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicitaciones, Martin.
A pesar de no compartir el tratamiento de los temas, aunque comparto también la afición por el rock subte y Alianza, anima a cualquiera (y me parece válido y lúcido) todo lo que se hace con pasión y disciplina (como mencionas en la entrevista anterior al aludir a Vargas Llosa).
Un abrazo y me alegra qué esta obra haya tenido esta resonancia en tu vida. Bien por eso !

Generacion cochebomba dijo...

Muchas gracias, anonimo, espero poder saber de ti...simple curiosidad.

Un abrazo

Martin

Anónimo dijo...

Ya habrá oportunidad, Martin, y mejor si es personalmente. Agradezco sí a la movida haber dejado grabado en uno la situación de injusticia y desigualdad vigente... y poder hacer, hoy, la resistencia desde la educación (que creo también coincide contigo)... en su momento, creo que era demasiado "burgués" para los subtes y demasiado "misio" para los pitupunks... aún hoy creo que se mantiene todavía esta deriva... pero estoy seguro que coincideremos. Un abrazo.

OMAR dijo...

Siempre me alucino también con una versión cinematográfica de Generación, y es que en verdad me parece que podría ser muy interesante adaptarla a ese lenguaje. Además de ser un riesgo muy grande, muchas buenas obras han sido adapatadas a películas que no reflejan nada de lo que fue el libro. En fin, muchos saludos Martín, ya nos veremos y a ver terminamos la transacción del polo, jajaja. Un abrazo