domingo, 27 de febrero de 2011

LA GLOBALIZACION DEL FUTBOL: De la cancha de tierra al mercado global.


En el último número de la revista académica BAUSATE de la hoy Universidad de Periodismo Jaime Bausate y Meza (Cuando estudié aún era Escuela de Periodismo) han publicado un artículo mío. Agradezco a mi exprofesor de Sociología, Mario Gonzales, (Hoy director de Gestión Académica) por la convocatoria, que me permite aparecer al lado de textos de Tomás Eloy Martínez y César Arias Quincot. Espero les agrade.


La globalización del fútbol: De la cancha de tierra al mercado global.
Por: Martín Roldán Ruiz

El espíritu deportivo del fútbol, está siendo reemplazado por el interés empresarial detrás de los grandes equipos. Estos estarían tendiendo a copar los mercados de aficionados, y, quizás a controlar la “competencia”, para no afectar las inversiones. Hoy el fútbol globalizado, es un gran negocio en expansión, ¿Hasta dónde llegará?

Un inicio común: Los ingleses, la escuela y el barrio

Tomaremos la experiencia de nuestro fútbol para entender mejor cómo este juego ha ido evolucionando hasta ser lo que es hoy en día: En el Perú, como en muchos países, el fútbol, se inició en los puertos con los marineros ingleses en el siglo XIX. Y fueron los clubes Unión y Lima Cricket, de ingleses residentes, quienes organizaron los primeros partidos. Por ser costumbre de sus miembros, anglos de nacimiento, o peruanos que habían estudiado en Inglaterra.

Según el historiador Gerardo Álvarez, tras la Guerra del Pacífico, las élites promovieron políticas de “higiene y Sports” en los colegios que “fortalecerían el cuerpo y el carácter, y contribuían de este modo a la erradicación de la fragilidad física y el ánimo medroso de los peruanos” (1) El fútbol fue uno de esos Sports. En 1898, 1899 y 1900 se dieron Los primeros campeonatos escolares, ganados por el colegio Guadalupe. La expectativa fue tal que a las finales asistieron 20 mil aficionados y el Presidente López de Romaña.

Así, desde la escuela, se fundarían clubes como el Atlético Chalaco en 1902. “Ejemplo de asociación civil fundada por escolares, con objetivos recreativos y de encuentro, que condujeron a nuevos objetivos: la competencia y la profesionalización”. (2)

Desde otro ámbito, el barrial, se forjarían clubes, como el Alianza. Erróneamente se pensaba creado por obreros afroperuanos del Stud de Augusto B. Leguía. Está documentado que fueron adolescentes de la calle Cotabambas. Siguiendo el entusiasmo de los colegios (Dos fundadores, apellidados Cucalón, eran alumnos del Guadalupe, ubicado a unas cuadras) se decidieron a crear, en 1901: “Un club fundado en el espacio barrial y de una exitosa forma de asociación civil, creada al margen de los espacios oficiales de la República Aristocrática”. (3)

Con este paso el Alianza y el Chalaco, junto a los otros clubes, institucionalizarían el fútbol peruano. Y establecerían identidades que duran hasta hoy.

Identidad regional y de clase

El Atlético Chalaco, “El campeón del Callao”, al disputar partidos contra los limeños, y protagonizar rivalidades con el Association FBC, habría de establecer una identidad regional. “Representar al Callao, adquirió reconocimiento público y raigambre popular (…) lo que llevó a construir formas de adhesión basadas en la identificación regional que le dieron un matiz diferente a la antigua rivalidad entre limeños y chalacos”. (4)

El Alianza de Cotabambas, posteriormente Alianza Lima, adquiriría identidades que lo harían un caso particular. El barrio (La Victoria), lo étnico (cholos y negros), lo social (del pueblo y de obreros), lo cultural (la criolla), estéticos (juego alegre), y lo religioso
(fe por el Señor de los Milagros), fueron decisivos para instaurar el aliancismo. El sociólogo Aldo Panfichi en Hacía una sociología del fútbol (5), citando a Richard Giulianotti, afirma que las identidades sociales pueden tomar formas semánticas o sintácticas. La primera se define por ella misma, en la autoconstrucción de la identidad. La segunda se define en el proceso de ser como rechazo o negativa de lo que no son.

La construcción identitaria del Chalaco y Alianza, obedecería a lo semántico. La competitividad del fútbol le agregaría, lo sintáctico. “La lógica subyacente del fútbol está dominada por la rivalidad y el enfrentamiento. Por ello, se colige, que hay un predominio de lo sintáctico sobre lo semántico, y se crean así oposiciones en todos los niveles y espacios de la sociedad”. (6)

En 1928, “el Alianza instalado ya como el representante de lo negro y popular”. (7) Con una identidad barrial, étnica, social, cultural, estética y religiosa, y a la sombra de sus éxitos deportivos, es vencido por un novel equipo de universitarios. Se inicia, así, la rivalidad más importante del fútbol peruano.

El historiador Jaime Pulgar Vidal, atribuye a esta rivalidad cuestiones políticas (8). Entre simpatizantes y contrarios al régimen de Leguía. Representado por el mecenazgo del dirigente aliancista Foción Mariátegui, funcionario gubernamental. Y por alumnos de la Universidad opositora al gobierno. Nosotros creemos que la rivalidad se forjó a raíz de las expectativas por la revancha en la definición del torneo de 1928, ganado por Alianza a Universitario. Fortalecido, además, por lo que representaban: Lo negro, obrero y popular de Alianza, contra los universitarios. Vistos como representantes de la juventud culta y blanca. Así nacería el Clásico.

¿Pero, por qué con Universitario y no con el Chalaco, viejo rival de Lima? ¿Por qué ese antagonismo regional no llegó a Clásico? Creemos, fue superado por una rivalidad simbólica que la trascendía: El enfrentamiento clasista. Si bien hubieron equipos del ámbito laboral, como el Sport Vitarte de la fábrica de textiles, no generaron identidades de clase. Porque no fueron creación espontánea, sino idea de los patrones, como política de recreación y control laboral. La clase pudo darles trascendencia, pero esos equipos representaban a las empresas, no a los obreros.

La rivalidad motor de la competencia en el fútbol

La rivalidad del clásico peruano, se inició por oposición racial, clasista, y también barrial. Uno es de barrio, el otro residencial; uno blanco, el otro negro; uno obrero, el otro estudiante. El país se dividió, en el imaginario de cada hinchada.

De esta forma el fútbol integra a los que se identifican con la historia, símbolos, triunfos y derrotas de un equipo. Y diferencia a una sociedad de acuerdo a sus contradicciones particulares. Aldo Panfichi afirma: “Las rivalidades deportivas, casi siempre, están asociadas a identidades sociales enfrentadas, sean estas de clase social, étnico, cultural, políticas, territoriales o nacionales”. (9) También las religiosas: En la ciudad escocesa de Glasgow, el Celtic representa a los católicos y el Rangers a los protestantes. Igual sucede en Irlanda del Norte con el Lindfield protestante y el Cliftonville católico. Ambos clásicos han padecido hechos de extrema violencia. El llamado Hooliganismo.

En Sudamérica, el clásico Colo Colo – Universidad de Chile, tuvo desde 1959 un matiz deportivo. Pero, con la dictadura Pinochetista, se tornó político en el imaginario de los hinchas de la U. Ellos acusan el despojo de su patrimonio, por que la universidad fue blanco de la represión. En cambio, Colo Colo, habría sido beneficiado por el hincha Pinochet. Durante el régimen militar inauguraron su estadio, lograron varios títulos locales, y la Libertadores de 1991. Por su parte, la U, no campeonó 25 años, hasta 1993.

Igual sucedería con Real Madrid, considerado el equipo oficial y mayor beneficiado de la dictadura de Francisco Franco, hincha merengue. Mientras, un triunfo del Barcelona era, simbólicamente, triunfo de las aspiraciones separatistas catalanas y de la oposición.

De este modo los equipos con mayor arraigo, cohesionan de acuerdo a su pertenencia regional, social, religiosa o políticas. Aunque, en casos como el peruano, no todos los hinchas pertenecen a un mismo lugar, religión o clase. Pero, sienten como suyo lo que su equipo simboliza. Benedict Anderson, llama a esto “Comunidades imaginadas”: “Porque sus miembros, pueden no encontrarse jamás en persona, pero todos comparten una misma pertenencia a una identidad futbolística bien definida”. (10)

En los países de la era comunista, la única identidad que la sociedad podía esgrimir era el de pertenencia a la clase trabajadora. Toda identidad regional, nacional o religiosa quedaba suprimida. Los soviéticos, conocían el simbolismo del fútbol, y al ser la URSS un conglomerado de naciones, no iban a permitir, en las tribunas, manifestaciones reivindicativas. La competencia debía darse, únicamente, dentro de lo proletario.

En Rusia, el primer campeonato fue organizado por los comunistas en 1935, con equipos pertenecientes a los gremios. El Lokomotiv, a los ferrocarrileros. El Torpedo de Moscú, al sector automotriz. El Dinamo (Moscú, Kiev) al Ministerio del Interior. El CSKA, al Ejercito Rojo. Tras la Segunda Guerra Mundial, la URSS organizó a su estilo los campeonatos de los países socialistas. Pero no obtuvo los resultados que esperaban.

La competencia como negocio

La FIFA nace por la necesidad de regular el fútbol. Es con ella que los campeonatos se profesionalizan y se organizan torneos internacionales de clubes y selecciones. Con la revolución de los medios de comunicación, el fútbol se convierte en la actividad cultural dominante a nivel global. Y en un gran negocio que maneja cifras gigantescas.

El Mundial Sudáfrica 2010, costó 5,170 millones de dólares y generó ingresos por 500,000 millones. Fue visto por 30,000 millones de personas, superando al mundial 2006, visto por 26,000 mil millones. Siguiendo la lógica monetaria ganó la selección más cotizada: España con 565 millones de euros. Le seguían Brasil (515), Francia (450) y Alemania (440) aunque estás selecciones se quedaron muy atrás en la competencia.

Este año el pase de Cristiano Ronaldo al Real Madrid costó 94 millones de euros, superando los 45 millones de Zlatan Ibrahimovic, al Barcelona. Si comparamos con los 360,000 euros que pagó Barcelona por el pase de Johan Cruyff, en 1973. O los 5 millones por Maradona en 1982, notaremos el gran capital que mueve hoy el fútbol.

Clubes a escala mundial

Si la globalización es la expansión de los mercados y las empresas hasta alcanzar una dimensión mundial. Hoy, el fútbol, tiende a ello con la expansión de los clubes de las ligas más poderosas. ¿El motivo?: El fútbol, hace mucho que perdió sus valores humanistas y está rigiéndose por las leyes del mercado global. De sociedades civiles sin fines de lucro, están deviniendo en sociedades anónimas, que cotizan en la Bolsa. En consecuencia, los de mayor capacidad financiera se manejan como empresas en expansión. Para copar campeonatos, y, también, el mercado del aficionado mundial.

Hoy los clubes grandes diseñan a su favor estrategias de marketing. El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, propuso trascender la identificación con la ciudad de Madrid, asumiendo el nombre de “El Real”, porque señalaba valores que identificarían a aficionados extranjeros. El Manchester United, también busca esta trascendencia, y cambiaría su nombre a “Man U”. Más atractivo para hinchas, que no se identificarían con una ciudad que no conocen. Estas estrategias estarían diseñadas para mercados nuevos como el asiático, donde existen millones de futuros aficionados.

El interés es comercializar los productos de los más exitosos de Europa, donde está lo mejor del fútbol, convirtiéndolos en multinacionales comercializadoras de una marca. “Pasando de una época identitaria en el fenómeno fútbol, para pasar a una teórica globalización del mismo marcada por las necesidades del mercado”. (11) Igual que el comunismo trató de imponer la competencia proletaria, el capitalismo, trata de imponer su competencia: La empresarial.

Por lo pronto, existen asociaciones de hinchas virtuales de equipos europeos. Siguen a sus equipos por cable o Internet, consumen sus productos, y sueñan con viajar, para verlo jugar en su estadio. Con el tiempo, esto desterritorializaría las lealtades futbolísticas y podría cambiar el panorama actual del fútbol.

Vislumbrando un posible futuro

Al globalizarse las hinchadas virtuales, la televisión e Internet tendrían un papel más influyente. Como siempre participan y campeonan los clubes económicamente fuertes, verían la necesidad de aliarse y organizar, un campeonato global. Solo competirían los poderosos. Luego coparían, con su marca y productos, el nuevo mercado del fútbol.

¿Cuáles serían las consecuencias? Las mismas que plantea la globalización cultural: Pérdida de las identidades de los clubes chicos, su lugar en el mercado, o desaparición. Monopolización por los económicamente fuertes. La FIFA, avalaría todo para mantener el monopolio de la organización de campeonatos, dando a sus afiliados más fuertes lo que les conviene, económicamente. De lo contrario, los clubes que apuntan al éxito deportivo y comercial, respaldados por intereses empresariales, como sucede actualmente, podrían separarse y crear un ente distinto que sí atienda sus expectativas de crecimiento. Cosa que la FIFA no estaría dispuesta a permitir. Aparte que ha creado un marco legal que haría difícil una segmentación. Salvo que estos clubes respaldados por intereses económicos fuertes creen las condiciones para que suceda.

¿Y qué pasaría con los excluidos? Las ligas nacionales se mantendrían, recibiendo su pequeña parte de la torta. Los clubes participarían en copas menores, que irían perdiendo expectativa frente al torneo de torneos. Salvo la Libertadores, que sí es de importancia por ser vitrina de cracks. Serían la comparsa como dependientes en la venta de jugadores. Aunque, últimamente, las escuelas de los equipos grandes están por todo el mundo. Pero obedece más a una estrategia de merchandising o de franquicias, que a una real búsqueda de talentos.

Con el crecimiento, e interés, por copar las hinchadas virtuales, los medios se centrarían en los millonarios, y el negocio estaría hecho. La gente pagaría por ver a la élite del fútbol, y compraría sus productos en detrimento de los equipos locales. Aunque no desaparecerían del todo, el proceso de deterioro podría concretarse en años. “El verdadero problema de la globalización en el fútbol: la desaparición de la importancia de los pequeños clubes”. (12)

Como en los negocios, donde las transnacionales copan los mercados desplazando a las empresas locales, igual sucedería con los equipos. Entonces, el sistema estaría generando, dialécticamente, su contradicción. Esto podría crear una disensión de esos equipos que por necesidad buscarían asociarse, junto a capitales que desean moverse paralelamente a la FIFA, a una nueva entidad que les permita competir, con mejores oportunidades de éxito deportivo y económico. Como sucede en el mundo del Box.

Porque dentro de este sistema, la privatización no es garantía de supervivencia, ya que parece diseñada para beneficio de unos cuantos. Un caso es Blanquiceleste S.A que tomó las riendas de Racing Club argentino, y ha terminado debiendo dinero al mismo club que debía reflotar. O el Gretna F.C que después de un pasó exitoso por la liga escocesa, considerada gestión ejemplar del empresario Brooks Mileson, fue inflando sus cuentas hasta no poder más y hoy es un club desaparecido. Esto se conoce como “Doping financiero, gastar mucho más dinero del que en realidad se dispone, a la espera de que un eventual éxito deportivo ayude a cuadrar cuentas”. (13) Lamentablemente, cuando eso no sucede llega la defunción.

La globalización del fútbol es parte del sistema económico actual. La FIFA, como empresa, vela porque se mantenga así, prohibiendo la intervención de los Estados dentro de sus dominios. De lo contrario, el castigo es la desafiliación. Por eso existen vacíos legales, como la regulación del trabajo infantil cuando un club grande contrata en exclusividad a niños con talento. El caso de Lionel Messi es ejemplar.

Aparte que el espíritu olímpico, en lo impredecible del fútbol, que daba la posibilidad de que un chico le gane a un grande, pueda ser desplazado cuando los resultados no vayan con las expectativas. Es decir: ¿Se imaginan un Mundial sin Brasil? ¿O que un equipo chico de Sudamérica, ponga en peligro la gran inversión de un club europeo, eliminándolo? De hecho tratarían de que estas contingencias, sean menos posibles.

Este fenómeno tiene para muchísimos años. Pero, como todo lo que se expande, tendrá que llegar a su tope. ¿Qué pasaría? ¿Involucionaría hacia sus raíces? Quizás en la práctica del fútbol informal, donde se conservan los valores que le dieron vida, se esté generando, paralelamente, el proceso que se inició cuando los marineros ingleses llevaron el fútbol a los puertos del mundo. Parafraseando a Gerardo Álvarez: “Clubes fundados en el espacio barrial, exitosas formas de asociación civil, creados al margen de los espacios oficiales de la República Aristocrática de la FIFA”. Tenemos todo el siglo XXI para ver si se hace realidad.

Notas:

(1, 2, 3, 4 y 7) Gerardo Álvarez. El fútbol en Lima: actores e instituciones (1892 - 1912). En Ese gol existe (Una mirada al Perú a través del fútbol). Aldo Panfichi, editor. Fondo editorial PUCP. Primera edición 2008.

(5, 6, 9 y 10) Aldo Panfichi. Hacia una sociología del fútbol. En Ese gol existe (Una mirada al Perú a través del fútbol). Aldo Panfichi, editor. Fondo editorial PUCP. Primera edición 2008.

(8) Jaime Pulgar Vidal. A bastonazo limpio: La historia del primer clásico del fútbol peruano. En Ese gol existe (Una mirada al Perú a través del fútbol). Aldo Panfichi, editor. Fondo editorial PUCP. Primera edición 2008.

(11 y 12) Dadán Narval. Globalización, fútbol e identidad. En www.diariosdefutbol.com 30 de noviembre 2006.

(13) Dadán Narval. Desaparece el Gretna F.C. En www.diariosdefutbol.com 9 de junio 2008.

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