miércoles, 18 de marzo de 2009

NO HAY DIOS QUE SANE LA HERIDA

Foto: MRR


No eres el clavo que saca a otro clavo
Fuiste el clavo que sangra mi mano
La herida en el costado
La cruz pesada del pasado
La cuarta palabra:
Dios mío ¿por qué me has abandonado?

Tanto amor al prójimo
No me aviso que el próximo
Crucificado sería yo
Y con un beso en la mejilla
Te olvidaste del sermón
Del ámame como te amo a ti
Del vino, el pan y la pasión

Y cada palabra tuya
Fue el vinagre en la angustia de mi sed
El perdóname porque no sabes lo que haces
El tuyo es mi cariño y en tus manos encomiendo
Mi espíritu.

Sin saber que el ladrón de al lado
Estará contigo en el paraíso
Mientras yo bajaré a los infiernos
Resucitaré de entre los muertos
Para olvidar las espinas
que hincan mis recuerdos
Corazón

4 comentarios:

Sara Royo dijo...

Precioso poema.

Basilio Ignacio dijo...

Hermoso poema, simple, contundente y hermoso.

Basilio Auqui

Unknown dijo...

me encanta este poema :)

casa de cuervos dijo...

Sin saber que el ladrón de al lado
Estará contigo en el paraíso
... que fuerza.. terriblemente doloroso... lastímero. El ladrón de al lado estará contig en el paraído y yo...
Exelente, mucha carga, muchas sensaciones alrededor de estas líneas.